El conocimiento ya no es un monopolio

El conocimiento ya no es monopolio de las U: rector de la U. Ibero

12 de Octubre de 2022

Ricardo Gómez, nuevo rector de la U. Ibero, es doctor en estudios sociales, magíster en estudios modernos internacionales becario de la fundación Eisenhower, entre otros.

Este manizaleño y el senador caldense Guido Echeverri parecieran competir por quién dirige más universidades. El primero, quien fue gobernador encargado, lleva tres rectorías, y el segundo, gobernador en dos ocasiones, suma cuatro.

LA PATRIA habló con Ricardo Gómez:

-¿Hacia dónde deben apuntar las universidades para mantenerse vigentes y útiles a la sociedad?

Antes que nada, deben entender que ya no tienen el monopolio del conocimiento. Y eso trae exigencias económicas, tecnológicas y aprender a renunciar a ciertas cosas y crear otras nuevas. Creo que en el futuro (y esto primero es pura especulación) habrá universidades como las originales, las del medioevo: dedicadas a forjar el pensamiento, a la pura investigación e incluso a especular; mientras que otras universidades se dedicarán a la docencia en todas sus formas y modalidades y serán el centro de la educación para toda la vida, como dice la Unesco con toda la razón. Por otro lado, para algunas el éxito, creo, también estará en integrarse con la educación media (grados 10° y 11°).

-¿Qué significa llegar a una Universidad como la Ibero?

Una sorpresa que me llena de orgullo. Es una Universidad que hace una labor social inmensa desde hace medio siglo: tenemos presencia en más de 750 municipios y la gran mayoría de nuestros 22.000 estudiantes son mujeres, representado en un 77%. La gran mayoría se forman a través de nuestra oferta virtual, estando en la base de la pirámide socioeconómica; la virtualidad es una de las fortalezas de la Ibero al igual que la empleabilidad de nuestros egresados Estamos en plena expansión; y ahora además pertenecemos a la red de Planeta Formación y Universidades, lo cual nos da un potencial inmenso de internacionalización, en mejores prácticas y en otras cosas.

-¿Cuál es su desafío al frente de esta institución?

El primer reto es la Acreditación Institucional de Alta Calidad, en lo cual se han dado pasos muy importantes, pues ya el CNA dio un concepto previo que se denomina Condiciones Iniciales. Eso refleja un trabajo serio de muchos años de la institución. Creo que el otro reto (y esto es para todo el sistema universitario) es fortalecer al valor académico agregado: los jóvenes salen de bachillerato con falencias que en las universidades debemos corregir.

-¿Qué le ha dejado su paso por universidades privadas?

Comprender el papel del sector privado en la construcción de equidad social en Colombia. Las universidades privadas satisfacen casi el 50% de la matrícula. Ya lo dijo el ministro, Alejandro Gaviria, en el Congreso recientemente: el sistema debe seguir siendo mixto. Las privadas juegan un papel clave no solo en cobertura sino en calidad y hacen un inmenso esfuerzo para cumplir.

-¿Qué le dejó pasar por una universidad pública como la de Caldas, donde le tocaron protestas y hasta un largo proceso judicial por un asunto laboral con una funcionaria?

Las universidades públicas colombianas son cada una un mundo maravilloso y a la vez retador, por sí solas. En la de Caldas, con un equipo muy competente, logramos hacer transformaciones que quizás se vieron como utópicas al principio. Es decir, creo que lo que queda es un aprendizaje de que cuando se quieren hacer las cosas y se tiene el temple, la perseverancia y el equipo, las cosas se logran. Por otro lado, si es es un área de mejora el abuso de la politización de las universidades públicas desde hace más de medio siglo. Es muy importante que allí exista libertad de pensamiento y controversia, pero ya sabemos como en este punto se llegan a distorsionar las cosas.

-¿Cuál es la clave para ser exitoso en estos centros educativos con tantos estamentos como el estudiantil, profesoral, egresados, además de empleados, entre otros?

Pues no sé quien tenga la clave, pero me atrevo a plantear un punto: es indispensable tener pasión por la educación. En mi caso, desde que descubrí el tema educativo (cuando conocí el programa Escuela Nueva en 1997) quedé prendado de la educación.

-¿Cómo logró sacar adelante la Fundación Universidad Autónoma de Colombia, inmersa en dificultades con el manejo de recursos y riesgo de no prestar un adecuado servicio educativo?

Durante esos tres años el esfuerzo que me pidió la ministra Angulo fue mantenerla en operación y buscar soluciones estructurales. Allí logramos cambiar los estatutos mediante un consenso de la Asamblea, lo que no es poco, y luego sostener una política de ajuste de costos muy rigurosa. La gente se sacrificó mucho. La Autónoma aún tiene retos, pero allí quedó un equipo muy bueno.

-¿Cuál considera como el mayor reto para el nuevo Gobierno en materia de educación superior?

Entiendo que se tiene el proyecto de crear más universidades públicas, lo cual es muy importante, pero muy exigente. Ojalá se logre, porque hay zonas del país muy desatendidas y lo requieren. Lo otro que el mismo ministro Gaviria propuso fue reformar el sistema de registros calificados que colapsó en el último tiempo. Una reforma allí es indispensable.

- ¿Cómo frenar la deserción tras, por ejemplo, lo sufrido con la pandemia?

El asunto es multicausal: por un lado la capacidad económica, no solo para pagar una matrícula sino para poder estudiar y renunciar a obtener ingresos laborales mientras se estudia, lo cual no es fácil para gran parte de la población, entonces allí la educación debe ser muy flexible y por eso la virtualidad es clave. Por otro lado, y lo mencioné antes, las nuevas generaciones que están ingresando a las universidades tuvieron déficit educativos, acentuados por la pandemia. El refuerzo en métodos de estudio, en enseñar lo que no aprendieron en la secundaria es un reto.

-¿Qué se debe hacer para solucionar las dificultades financieras de los sistemas educativos nuestros?

El gasto público en educación no ha dejado de crecer, pero creo que hay que focalizarlo en los primeros años. Focalizar el gasto en los primeros diez años de vida del ciudadano. Está muy identificado el impacto de la buena nutrición y atención en la etapa preescolar. Y por otro lado, se sabe que en América Latina el 50% de los niños en 5° de primaria no leen adecuadamente, por lo tanto siempre serán estudiantes rezagados, en alto riesgo de deserción, con bajas posibilidades de conseguir un empleo y salario digno, en fin. Por eso el país en cada municipio debería aplicar proyectos como Aprendamos todos a leer, que desarrolló la Fundación Luker con apoyo del BID. Cuando todo el mundo sepa leer bien, llegaremos a la modernidad, y lo afirmo en el sentido histórico; en Japón, por ejemplo, desde el siglo XVII la meta de los emperadores fue la alfabetización universal, mientras que nosotros logramos una cobertura casi universal en primaria apenas hace pocos años, pero se hizo con baches en calidad; el sistema educativo, está aumentando la desigualdad, lo cual es muy paradójico.

-¿Cuál sería una propuesta para que se corte la brecha del fomento a la investigación entre unas y otras universidades?

Lo deseable no es que todas las universidades sean iguales. Formar investigadores, ofrecer doctorados, sacar patentes, etc. implica esfuerzos de largo aliento, con resultados inciertos y muy costosos. La investigación y la ciencia básica deben ser apalancadas por el Ministerio de las Ciencias, por la fuerza propia de los grupos de investigación y por empresas privadas con ambición. Por otro lado, hay muchas universidades que juegan un papel muy relevante en el sistema, que también hacen investigación, pero son universidades principalmente de docencia.

-¿Cómo le parece lo de los ranking, nacionales e internacionales, que califican y posicionan a las universidades?

La modernidad es medición y control y en ese sentido, los rankings dan información relevante. Hacen que las universidades se esfuercen. Pero acaba de salir una noticia: la universidad de Utrecht (la 52 del mundo (¡según un ranking!)) va a dejar de medir a sus profesores por los artículos científicos que publiquen y las citas que les hagan. Me parece que se está abusando del asunto (hay muchos rankings y salen muy seguidos) y también veo que a ratos se mezclan peras con manzanas.

-¿Cuál debe ser el perfil del profesor universitario de hoy?

Exigente. La vida después del colegio o la universidad es exigente y por eso el profesor debe también serlo. Un buen pedagogo enseña a pensar, no es un simple transmisor de conocimientos. Por otro lado, el bilingüismo y la competencia digital son fundamentales.

-¿Cuál considera que ha sido su mayor logro?

El aporte a la modernización de la Universidad de Caldas: la fortalecimos en lo científico (más docentes con doctorado, 4 doctorados nuevos, primeras patentes internacionales); en la infraestructura (el Centro Cultural Salmona, la renovación del edificio Orlando Sierra hoy maltrecho por grafitis, la remodelación de las residencias, la compra del colegio Micaela, en fin); la llevamos a las regiones y colegios con Universidad en el Campo; los logros en internacionalización fueron notorios. Y en lo personal, el doctorado, fue una cosa loca comenzar un doctorado a los 40, sin ningún apoyo económico. Pero el resultado de la investigación es bueno, un aporte para comprender la sociología de la educación y la ciencia en Colombia. Me gradué contra viento y marea, mi familia fue el único apoyo y también pagó el coste.

-¿Cuál cargo le sacó más canas: la Gobernación de Caldas, la Rectoría de la U. de Caldas o la Rectoría de la Autónoma?

¡Ja! ¡Ja! La universidad pública saca canas; la Autónoma de Colombia tumba el pelo; pero hay senadores que contribuyen a ambas cosas.

Usted que fue secretario de Educación de Manizales, ¿cómo ve la propuesta de convertir a Manizales, vía Congreso, en Distrito Especial del Conocimiento?

Los distritos son una manera de conseguir más dinero para los municipios y eso está bien. Hace 20 años dejamos planteado el tema de Manizales eje del conocimiento y que bueno que eso se coseche. Ahora bien: ¿en qué se va a invertir el dinero? ¿Cuál es el proyecto? No lo conozco. Seguramente será invertido en los niños; esa es la primera prioridad.

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