
Derecho virtual y presencial, ¿iguales o diferentes?
Es cierto que en los años más recientes la educación virtual ha experimentado un crecimiento sin precedentes, y aunque aún hay algunos tropiezos en temas de infraestructura y el conocimiento mismo de las herramientas, la digitalización del estudio o el trabajo han sido factores de éxito para las dinámicas del mercado laboral actual.
La virtualidad de la educación, por ejemplo, acelerada por factores globales como la pandemia, transformó la imagen que la sociedad tiene de los estudios superiores en línea. En este contexto, surge una pregunta que quizá muchos se han hecho al ver su carrera profesional en dos modalidades, o en el caso de este artículo en particular: ¿estudiar Derecho de manera virtual es igual de válido que hacerlo en modalidad presencial?
Para responder a esta pregunta, continúa leyendo porque te lo explicamos todo en detalle.
¿En qué cambia la calidad de la formación virtual en Derecho?
Existen mitos y sí, puede que estos tengan una fuerte influencia en la percepción de las personas y decisión a la hora de empezar a estudiar, quizá uno de los principales o que más controversia ha generado alrededor de la educación virtual, es que se cree que carece de calidad, exigencia o equivalencia en comparación con la formación tradicional, es decir, la que se lleva a cabo de manera presencial.
Sin embargo, lo cierto hoy, es que la educación virtualizada está mucho más presente en múltiples niveles, pasando desde la primaria, bachillerato, formación técnica y tecnóloga, hasta la universitaria en pregrado y posgrado. Es un recurso que se ha integrado de manera perfecta como respuesta a las demandas de la sociedad actual de innovar para eliminar brechas educativas; es por eso que, las universidades han incrementado sus acciones por desarrollar planes de estudio y modelos de enseñanza para programas de formación virtual con el mismo rigor académico y parámetros de evaluación que los presenciales.
En la práctica, el título obtenido no distingue quién se formó en determinada modalidad, es decir, el diploma no dirá: “Abogado/a presencial o Abogado/a virtual, debe ser claro entones que, ambos cuentan con la misma validez legal y profesional, ya que tanto el estudiante virtual como presencial, deben cumplir con todos los requisitos teóricos y prácticos que garantizan la calidad de sus habilidades para incursionar en el mundo laboral.
Estudiar Derecho, diferencias entre hacerlo presencial y virtual
Aunque ambas modalidades son válidas, como se ha mencionado anteriormente, también existen diferencias significativas que son importantes a la hora de elegir:
Interacción y dinámica
- Presencial: Esta modalidad permite claramente una mayor interacción personal, cara a cara con docentes y compañeros, lo que fomenta debates y aprendizajes inmediatos.
- Virtual: En este caso la interacción es trasladada a espacios como foros, videoconferencias y plataformas digitales, con mayor flexibilidad sí, pero también hay un aspecto fundamental del cual el estudiante es totalmente responsable, y es: su compromiso y disciplina individual con el proceso formativo.
Acceso a materiales y recursos de estudio
- Presencial: Aunque el acceso está mucho más centrado en bibliotecas físicas, o laboratorios como la Cámara Gesell, recurso muy utilizado en el campo del Derecho, también se desarrollan actividades de manera complementaria a través del campus virtual que cada institución diseña para sus estudiantes.
- Virtual: Hay una mayor preferencia por las bibliotecas digitales, repositorios, grabaciones de las clases, lo que facilita en un alto grado poder repasar los contenidos en cualquier momento; sobre todo, es de vital importancia para estudiantes que se encuentran lejos de ciudades principales.
4 beneficios de estudiar Derecho virtual
Más allá de resaltar cuáles son las diferencias frente a la formación presencial, es también conocer las oportunidades que otorga la carrera de Derecho en línea, pues cuenta con una serie beneficios que la hacen una alternativa atractiva para muchos estudiantes. A continuación, te contamos algunos de ellos:
- Flexibilidad: No se refiere a los compromisos y responsabilidades sobre entrega de trabajos u obtención de calificaciones, sino más bien al lugar para estudiar, tiempo y horas de dedicación a la formación; es un beneficio ideal para quienes trabajan o tienen responsabilidades familiares.
- Acceso global: De manera particular es una conexión increíble donde el estudiante puede tomar clases en universidades extranjeras sin necesidad de viajar; por ejemplo, algunos de los grandes beneficios de IBERO son la internacionalización, certificaciones internacionales, clases espejo, diplomados internacionales o movilidades académicas virtuales que se pueden realizar durante el tiempo de estudio.
- Reducción de costos: ¡aclaración importante! Que el costo sea bajo, no quiere decir que su calidad también lo sea. Esto se debe a que generalmente, la formación virtual implica menos gastos en el sostenimiento de infraestructuras físicas, por ende, el costo de matrícula puede ser mucho menor.
- Competencias digitales: De forma diferencial los futuros abogados estarán entrenados desde el inicio en entornos digitales, un aspecto cada vez más relevante en el ejercicio profesional. Adicionalmente la carrera de Derecho en IBERO cuenta con formación enfocada en herramientas de LegalTech, precisamente para dar respuesta a los retos de la evolución en el mercado laboral.
La lista de beneficios puede ser mucho más amplia, sin embargo, los que hemos compartido en este artículo son capaces de demostrar que la formación virtual en Derecho no solo es completamente válida y oportuna, sino además es estratégica para responder a las nuevas dinámicas del mercado laboral.
El reto no está en contraponer ambas modalidades, o seguir preguntándose cuál es mejor, pues las proyecciones apuntan hacia la generación de una integración completamente orgánica entre virtualidad y presencialidad. El panorama actual muestra como muchas universidades ya ofrecen modelos híbridos o 100% virtuales donde el estudiante combina la flexibilidad de la educación en línea con actividades prácticas en tribunales simulados o pasantías presenciales.
La formación de abogados más completos, con dominio tanto del mundo jurídico tradicional como de las herramientas digitales que transforman la práctica legal, es uno de los objetivos claves de IBERO, que cuenta con la carrera de Derecho en modalidad virtual y presencial bajo registro calificado único, lo que quiere decir, que no existe ninguna diferencia en el plan de estudios más que la modalidad de estudio.
En conclusión, el debate no debería centrarse en qué modalidad es “mejor”, sino más bien, en encontrar los escenarios en los que ambas pueden convivir para ofrecer una educación de calidad, fortalecida, accesible y adaptada a las demandas del mundo contemporáneo. La formación virtual no es un sustituto menor de la presencialidad, sino por el contrario, una alternativa que abre nuevas oportunidades de aprendizaje.
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